Mérida, Yucatán a 16 abril de 2020
Esta Semana Santa fue especial y diferente para nuestros colaboradores y familias Anáhuac Mayab. Uno pensaría que ante estos difíciles momentos, misionar se complicaría y no se viviría de la misma manera. Sin embargo, gracias a los relatos de nuestros Misioneros Extraordinarios logramos recordar que cuando Dios está presente, TODO es posible. No solo se vivieron en unión y esperanza, sino que dieron como resultado grandes #TestimoniosDeFe que no podíamos dejar de compartir.
Conoce el testimonio de nuestros Misioneros Extraordinarios que hoy quieren compartirte cómo fueron sus Misiones y cuáles fueron sus mayores aprendizajes.
Testimonios que llenan el corazón
- Mi mayor aprendizaje durante esta semana fue el reafirmar que dar siempre es mejor que recibir, que los planes de Dios son lo mejor para nosotros y que Él nunca se deja ganar en generosidad, nunca.
Cristian Vallado Flores - Programa de Liderazgo Impulsa
- Esta Semana Santa fue muy significativa para mí, por primera vez en muchos años tuve la oportunidad de estar con toda mi familia nuclear junta. Aunque es lamentable el tiempo que estamos atravesando, sin duda me siento totalmente afortunada y bendecida de tener la oportunidad de vivir mi Fe desde casa y con toda mi familia unida.
El aprendizaje fue misionar desde casa y tocar los corazones de los más cercanos.
Flor Miranda Rosado - Servicio Becario
- Cuando todos creímos que las iglesias se habían cerrado para nosotros, nos dimos cuenta de que cada hogar se convirtió en una iglesia. Mi esposa y yo, en compañía de nuestros chiquitos, entendimos que nuestra primera misión es la familia. La cercanía y testimonio de mis compañeros de trabajo, fue un aliciente en mi esfuerzo constante y en mi entrega alegre. Aprendí que no hay que tener miedo a vivir mi fe en público.
Christian Sánchez Guemez – Pastoral

- Estas misiones tuvieron un aire distinto, fresco y novedoso, fueron muy especiales para mí. Estuve acompañada de algunos miembros de mi familia y de amigos colaboradores de la Mayab, personas que vibran enormemente por la misma misión. Mi mayor aprendizaje fue descubrir cómo Dios actúa de forma tan viva cuando todo parece desmoronarse y busca la forma de encender nuestros corazones y unirlos para contagiar la alegría del Evangelio aún con un cambio de ruta.
Rebeca Isabel Novelo Vallado - Consejería y Acompañamiento
- Después de muchos años en Familia Misionera volvimos a vivir una misión familiar, solo que, viviendo las celebraciones y oraciones en casa; que por la edad de mis hijas dejamos de hacerlo, ya que ellas ya van a juventud misionera. Aprendí, que mis planes no son los de Dios, bien dicen, "si quieres hacer reír a Dios, cuéntale tus planes". Yo invito a aprovechar esto que por necesidad ya vivimos, para continuar teniendo un espacio espiritual en familia, que se pierde un poco al crecer los hijos.
María Guadalupe Montalvo López – Pastoral
- Hicimos el viacrucis recorriendo nuestra casa, pusimos nuestro pequeño altar y para la cena del sábado elegimos platillos que nos gustan para celebrar la Pascua. Fue una semana diferente, pero muy enriquecedora.
Jacobo Berra Pérez – Humanidades
- Mi mayor aprendizaje es ver cómo a pesar de cualquier circunstancia y medio, Dios nos acompaña, se hace presente y está palpable en la vida de todos y cada uno. Quisiera que todos podamos ser esa llama que ilumina al mundo. Que seamos luz para los demás y que fortalezcamos nuestra fe; porque solo fortalecidos, orando y confiando en Dios, se puede salir adelante de cualquier situación. Que todos nos podamos sentir acompañados, en familia y sentir el respaldo del poder de la oración con nosotros.
Verenice Hernández Viniegra - Humanidades
- La realización del misterio diario en familia generó que tuviera el valor de invitar a mi familia (padres y hermanas) a unirse a esta actividad. Dios me pidió invitarlos. Mi sorpresa fue enorme, sin haberlo querido, yo había misionado en mi propia familia. Reconocí el trabajo del Espíritu Santo, ya que siempre he considerado que si la cabeza de familia o de una compañía, empresa, etc. está convencida de la necesidad que tenemos de Dios (humildad), los lazos se fortalecen y se crea una sinergia espiritual muy beneficiosa para la organización.
En 3 ciudades diferentes, 5 familias unidas en oración.
Adriana Alvarado Salinas – Vicerrectoría de Formación Integral
- Ha sido una gran experiencia para mí, mi esposo Emilio y mis hijos Carolina y Rodrigo, quienes hemos aprendido y vivido nuestra religión de manera activa. En esta ocasión participamos en diferentes actividades disfrutando, aunque virtualmente, pero igual de enriquecedor. En lo personal me encantó el Rosario Viviente ya que me unió más a mi familia y ver la participación de TODOS me llenó el corazón. Gracias Anáhuac Mayab por guiarnos y unir almas.
Carmina Oropeza Bretón - Escuela de Gastronomía y Turismo
- Fueron unas misiones como su nombre lo marca, muy extraordinarias, pues en ellas pudimos como familia reconocer el inicio de toda nuestra vida espiritual y nuestra fe, comienza en nuestra propia familia, sin importar la contingencia y las barreras físicas. A pesar de ser a distancia fueron las más cercanas, vividas en familia y en comunidad, orando y apoyando en lo mayor posible.
Spencer Montes Quiroz – Vicerrectoría de Formación Integral
- Fue una gran oportunidad para unirme espiritualmente con mi familia, reafirmar nuestra fe, acercarnos a Dios y sentirnos útiles, ya que sabemos que a través de la oración podemos pedir y ayudar a los demás. Fue tener a Dios como invitado especial en nuestra casa. Él se queda con nosotros.
Berenice Morales Márquez - Humanidades
- Fueron unas Misiones en las que tuve la oportunidad de desconectarme de la tristeza de nuestra realidad ante la pandemia para mirar y escuchar profundamente el testimonio de amor de nuestra Fe católica. Las viví acompañada de mi familia y mi mayor aprendizaje fue que ante la crisis los seres humanos, movidos por el amor de Dios, demostramos nuestra grandeza. Me gustaría que todos vivieran la oportunidad de sentir la paz y fortaleza que da el amor infinito de Dios nuestro Señor y lo puedan recibir en sus corazones.
Aida Rosa Muñoz Bello – Difusión Cultural
- Mi misión este 2020 tuvo un sentimiento especial al compartirla con mi familia. Todos en casa en unos metros cuadrados, la llenó de un sentimiento muy emotivo. Quisiera que todos pudieran tener la oportunidad y el espacio para caminar el calvario, la culpa y al final puedan sentir la maravillosa redención del perdón, el infinito amor de Dios por cada uno; sentirlo y vivirlo nos hará seres humanos excepcionales, al reconocernos como tales, pues tal fue el sacrificio por una humanidad excepcional.
Rubí Martín Gómez - Centro de Atención a Alumnos
- Mi testimonio en estas misiones extraordinarias fue vivir en familia y desde casa una experiencia única. Me hizo sentir que no estamos solos y que todos estamos unidos por la misma causa. Pudimos compartir sentimientos y emociones y lo principal, vivimos la pasión de Cristo y su resurrección en comunidad.
Manuel Álvarez Loeza – Mentorías y Acompañamiento
- Mi mayor aprendizaje es que no hay pretextos para ser misioneros. Jesús dijo en Marcos 16: Id y evangelizad. No dijo cómo, pero sí que lo hagamos. Y eso hicimos, solo que a través de los medios virtuales. Esto significa que no solo se hacen misiones en la selva, sino que desde la casa se puede llegar a todo el mundo. Dios, por medio de la cuarentena, nos hizo sacudirnos de nuestra zona de confort y nos permitió usar los medios de distracción, pero ahora con una finalidad más útil: fomentar la fe en los otros, reforzando al mismo tiempo la nuestra.
Francisco Barroso Tanoira – División de Negocios
- De verdad fue una Semana Santa extraordinaria porque pudimos hacer todas las actividades juntos en familia de 4 integrantes (papá, mamá, Mateo y Valentina) y convertir todos los espacios de la casa en sitios de oración.
Ojalá que otros puedan ser misioneros y comprender que dando es cuando más recibimos.
Gretty Escalante Góngora - Lenguas y Humanidades
- Mi mayor aprendizaje es que unidos a un grupo de personas que tienen un mismo espíritu, puedes multiplicar las bendiciones evangélicas a nivel personal, familiar y comunitario con tus vecinos. Quisiera que todos vivieran la multiplicación del grado espiritual que puedes experimentar. El gozo de vivir a un Cristo vivo.
María del Carmen Ek Puch - Consejería y Acompañamiento
- La Semana Santa es para nuestra familia especialmente para nuestros hijos -quienes empezaron a misionar desde bebés- un tiempo precioso para dejarnos abrazar por Jesús y para como buen amigo acompañarle en un momento difícil pero que valió toda la pena, un momento en el que Él nos demuestra que no hay amor más grande que el que da la vida por sus amigos.
Es una experiencia que se nos queda grabada en el corazón y que atesoramos como una oportunidad única de incrementar nuestra Fe y ser humildes ante los planes y tiempos perfectos de Dios.
Florángely Herrera Baas – Comunicación Institucional
¡Gracias a cada uno de ustedes por abrirnos su corazón y compartirnos esta experiencia! Como bien dicen, no hay pretextos para ser misioneros, para ayudar y darnos a otros. Hoy tenemos la oportunidad de hacerlo y no hay gesto o acción pequeña que no valga la pena realizar. Por ello, queremos invitarte a que no pierdas nunca ese espíritu de amigo, una fortaleza única que engrandece el corazón de nuestra comunidad.
Nos necesitamos hoy más que nunca y juntos podemos aportar nuestro granito de arena a los demás. Si aún no lo haces, anímate a participar en Colaborador ASUA y conoce los retos que puedes realizar solo o en compañía de tu familia.
Para ti... ¿Cuál es tu Testimonio de Fe?