La información genética de todos los seres vivos está contenida en la molécula química conocida como ADN. En un esfuerzo por divulgar la información científica y reconocer al ácido desoxirribonucleico como el almacén de las secuencias que permiten la continuidad de las especies se conmemora el Día del ADN (25 abril).
Pero más allá de la famosa estructura de doble hélice, sus funciones son tan variadas en los organismos, que podemos clasificar diferentes tipos de ADN:
- ADN mitocondrial. En los últimos años se ha desmitificado la información que señala al núcleo como único reservorio de secuencias genéticas y ahora se conoce que la mitocondria también contiene ADN. Un dato interesante es que el ADN mitocondrial es el más pequeño de todos y solo puede ser heredado exclusivamente de madre a hijos.
- ADN no codificante. Se encuentra entre secuencias genéticas y aunque su función no está dilucidada se cree que nos ayuda a la expresión de regiones codificantes.
- ADN recombinante. Es el resultado de diseño sintético y permite tener aplicaciones principalmente en microorganismos. Básicamente, en esta técnica se insertan fragmentos de ADN en una secuencia de otro organismo para expresar proteínas con resultados conocidos.
Importancia biotecnológica del ADN recombinante
El ADN recombinante reviste especial atención en el campo de la biotecnología, ya que permite el uso de sistemas biológicos para aplicaciones específicas basadas en la expresión de genes objetivo en agricultura, farmacéutica, biorremediación y tratamiento de enfermedades graves.
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Particularmente, la tecnología del ADN recombinante está desempeñando un papel indispensable en la mejora de las condiciones de salud a nivel mundial mediante el desarrollo de vacunas emergentes y productos farmacéuticos de alta calidad.
Durante la pandemia de COVID, se realizó un desarrollo basado en un vector viral no replicante a partir de adenovirus de chimpancé, así la renombrada vacuna desarrollada por la universidad de Oxford y Astra Zéneca utiliza la tecnología del ADN recombinante en un producto que contiene genes que codifican la expresión en superficie de la proteína S del SARS-CoV-1.
La seguridad de esta vacuna ha sido analizada a través de diferentes fases; en la primera, se realizó un ensayo controlado aleatorizado, simple ciego en cinco sitios en el Reino Unido mostrando un perfil de seguridad aceptable y un refuerzo homólogo que incrementó las respuestas de anticuerpos según publicaron Folegatti y colaboradores durante el 2020 en The Lancet. En la segunda fase, la vacuna también demostró ser segura para adultos mayores, mientras que en la tercera fase se diversificó la población, realizando ensayos en Brasil, Sudáfrica y Reino Unido. La evidencia científica respalda la seguridad de la vacuna y actualmente es una de las más utilizadas.
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Antes del virus SARS-CoV-2, las vacunas de ADN recombinante ya habían demostrado su efectividad contra otros virus como el ébola; de nombre comercial Ervebo® (rVSV-ZEBOV) la vacuna vírica recombinante atenuada es efectiva y ha permitido hacer frente a una enfermedad con alta letalidad entre la población.
En conclusión, la Biotecnología se ha convertido en un aliado para la salud pública y ha permitido ofrecer soluciones viables a enfermedades transmisibles mediante el uso del ADN, mejorando la calidad de vida y reduciendo las altas tasas de mortalidad generadas por los virus.