El soporte nutricional debe formar parte de abordaje multidisciplinar del cáncer. Numerosos estudios han demostrado que un estilo de vida saludable que incluya la práctica habitual de ejercicio, una alimentación variada y equilibrada, así como evitar el consumo de alcohol y tabaco, disminuye de forma importante el riesgo de desarrollar cáncer.
Es importante recordar que existen de igual manera, factores de riesgo no modificables, como la edad, el sexo y otros no identificados que también pueden favorecer su desarrollo.
En este mes de octubre, dedicado a crear conciencia sobre la importancia de prevenir el cáncer de mama, es importante considerar que esta enfermedad debe tratarse desde distintos campos, ya sea médico, psicológico y nutricional.
Diversas investigaciones clínicas coinciden en que adoptar este estilo de vida saludable ayuda a las personas que padecen cáncer en todas las fases de su enfermedad, contribuyendo de esta forma a que la persona pueda afrontar mejor los tratamientos y favoreciendo su recuperación y calidad de vida. Por ello, es muy importante que desde el inicio de la enfermedad se conozca los principios de nutrición que le ayudarán al paciente contra esta enfermedad.
Al afrontar un cáncer de mama debemos considerar la Nutrición como una parte fundamental del tratamiento; seguir una alimentación adecuada antes, durante y después de los tratamientos le ayudará a tolerarlos mejor y a sentirse más fuerte.
Frecuentemente, las personas con cáncer tienen necesidades nutricionales diferentes y sus hábitos alimenticios se pueden ver modificados por una serie de factores, como:
- Aspectos emocionales: ansiedad, depresión, rabia, etc., pueden influir en la alimentación del paciente repercutiendo en una malnutrición.
- Tratamientos oncológicos: pueden provocar efectos secundarios que causan problemas para comer y/o disminuyen el apetito.
- Sensación de cansancio o fatiga continua, debido a los tratamientos o a la misma enfermedad, puede repercutir a la hora de mantener una alimentación adecuada.
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Algunas recomendaciones generales para los pacientes durante el tratamiento contra el cáncer de mama son las siguientes:
- Seguir el patrón de la dieta mediterránea: estos alimentos le proporcionarán beneficios saludables demostrados en investigaciones recientes. Este tipo de dieta incluye un alto consumo de frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva, frutos secos y pescado (que aportan numerosas vitaminas, minerales y otros compuestos con actividad antioxidante que ayudan a la inhibición de compuestos químicos cancerígenos) y una baja ingesta de carnes rojas.
- Consumir sus comidas preferidas los días que no se tenga tratamiento: así se evitará relacionarlas con momentos menos agradables.
- Organizar una ingesta diaria en 5 – 6 comidas, respetando los horarios de preferencia del paciente, recordando que no se aconseja pasar más de 2 – 3 horas entre una y otra comida.
- Optar por porciones pequeñas de elevado contenido nutricional, enriqueciendo los platillos con proteínas y/o grasas saludables y que sean fáciles de digerir.
- Beber al menos 2 litros de líquido al día, de preferencia agua.
- Utilizar técnicas de cocina sencillas, eligiendo mayormente preparaciones al horno o vapor, evitando fritos y capeados.
- Tener en cuenta las preferencias al momento de preparar y presentar la comida, adoptándola a las necesidades del paciente, ya sea en consistencia física o química (ej., alimentos triturados o en puré, de fácil masticación, enriquecida nutricionalmente con proteínas y/o grasas saludables, etc.)
Es importante ajustar los objetivos de la intervención nutricional en cada momento, ya que se debe adaptar al estado de ánimo del paciente, a los efectos secundarios de los tratamientos, a los síntomas derivados de la enfermedad, aparición de complicaciones, etc.
Si actualmente estás enfrentando el cáncer de mama o conoce a alguien que esté atravesando por este padecimiento, recuerda que la alimentación también es un elemento importante para lograr una mejor calidad de vida durante y después del tratamiento.
*Escrito por: Paulina López, Escuela de Nutrición.