A partir de que inició la pandemia ocasionada por el COVID-19, y con ello que en distintos países del mundo arrancara la cuarentena, nos dimos cuenta del enorme desafío que esto significaría para el sistema socioeconómico mundial.
Nuestro sistema económico no podía parar, debido a la necesidad de generar capital, por lo tanto, se debía decidir entre detener la actividad económica o salvaguardar la salud de la población. Ante este dilema, Estado y empresas privadas optaron por distintas medidas a lo largo del planeta, buscando un equilibrio entre economía y salud.
Durante el Webcast "La cuarentena ¿factor de innovación y transformación digital?, el Ing. Mauricio Moreno, socio de Dacodes y el Lic. Álvaro Cetina, Subsecretario de Innovación, Mejora Regulatoria y Eficiencia Institucional del Gobierno del Estado de Yucatán, compartieron sus puntos de vista sobre este tema.
Ante esta situación en nuestra región, se tuvo en poco tiempo que realizar una transformación digital sin precedente en la región de América Latina y en especial en México. Algunos expertos ya señalan que el proceso de digitalización en México se aceleró aproximadamente 5 años. Medidas como comunicar medidas de salud, información y trámites de gobierno, y el boom del teletrabajo son solamente algunos de los cambios que se detonaron de una manera acelerada.
Según la empresa Ookla, especialista en servicios de diagnóstico de Internet, en México se detectó una latencia en la velocidad del servicio de banda ancha del 7.4%, esto debido a la migración masiva al teletrabajo.
Con la necesidad de saltar a la digitalización también queda expuesta la desigualdad y la vulnerabilidad de grandes sectores de la sociedad. Con un 40% de la población en situación de pobreza en Yucatán, y un 6.7% en pobreza extrema según datos de la CONEVAL al 2018, un salto a lo digital nos trae nuevos problemas, como la falta de acceso a programas sociales por parte de los que más lo necesitan.
En México, esto trae un doble reto y tratar de explorar modelos mixtos, entre lo digital y lo presencial, para tener medidas de gobierno que no discriminen e incrementen la desigualdad. Es por eso que se necesita de una innovación con un amplio sentido social y de inclusión a todos los sectores de la sociedad.
Suena a chiste, pero el obligar a que la gente tenga que comprar el alcohol de manera digital, impulsa a muchos ajenos a estos medios de compra a incursionar en la digitalización. La compra de ropa o de comida, que antes tenía un esquema que ahora es impensable con esta pandemia, se ha tenido que volcar completamente a lo digital, impulsando así una nueva generación de usuarios digitales que están aprendiendo sobre la marcha.
En el sector educativo han aflorado los webinars, y ahora que se viene el inicio del nuevo ciclo escolar, los centros educativos han tenido que plantear nuevos esquemas híbridos, con cursos semipresenciales. Esto será toda una revolución educativa, ya que los esquemas tradicionales se romperán, pero esto trae consigo nuevos retos.
Esta transformación digital traerá nuevas luchas, al trabajar desde casa, muchos trabajadores tendrán que hacer valer su trabajo para que muchos empleadores den sueldos justos; y muchos maestros tendrán que defender su labor ante las opciones que ofrece la educación en línea “on demand”.
La cuarentena se convirtió en un factor determinante para detonar la innovación en muchos espacios donde estaba estática, empresas y gobiernos que se habían resistido hoy no les ha quedado de otra.
No cabe duda que nos toca vivir un mundo completamente nuevo, y por ello, fijar las reglas de éste. Queda en nosotros que este nuevo mundo sea más justo y menos desigual que el que se vivía antes de la pandemia. Es nuestra tarea que sea un lugar mejor.
Si quieres escuchar más sobre este y otros temas checa los Webcasts del área de Posgrado y Educación Continua.
*Escrito por Mario Ovies.