El uso de complementos nutricionales para el mejoramiento del rendimiento físico y el desarrollo muscular han ido en aumento de manera considerable, en especial el consumo de proteína en polvo. Sin embargo, existen algunos riesgos y aquí te decimos cómo evitarlos.
De acuerdo con Statista, plataforma de data en negocios, se estima que en 2018 el valor del mercado de la proteína en polvo fue de 9.97 mil millones de dólares mientras que para el 2024 se estima que llegue a alcanzar los 15.37 mil millones de dólares.
El dinero generado por estos productos es tan grande que lamentablemente han surgido algunas prácticas poco profesionales para poder satisfacer al mercado. Una de ellas es el Amino Spiking que está presente aún hoy en día. Muchos de nosotros no tenemos ni idea así que comenzaremos definiendo esta práctica.
Todas las marcas de proteína deben pasar por evaluaciones ante la FDA (USA) y COFEPRIS (MX) para someterse a pruebas que comprueben el contenido del producto. Una de estas pruebas mide la cantidad de proteína que contienen los productos y el método más común para esto se llama Kjeldahl, el cual mide la cantidad de nitrógeno que contiene el producto, lo cual ayuda a estimar la cantidad de proteína total.
El problema es que la proteína pura no es la única que contiene nitrógeno. Este también se encuentre en aminoácidos como la glicina, taurina o leucina; así como en otras sustancias como mono hidrato de creatina o malto dextrina. Todas estas sustancias son más económicas que la proteína pura.
Lo anterior es usado por algunas marcas para aumentar el margen de ganancia en cada producto vendido, poder ofrecer el producto más barato y acabar con la competencia. Y, por otro lado, el cliente final no siempre está dispuesto a pagar los precios tan altos que implicaría un producto 100% puro, por lo que la empresa debe mantener los precios a los que los clientes están dispuestos a comprar.
Aun cuando estas prácticas no son algo nuevo y en los últimos años varias empresas han sido demandadas por ello, es muy importante conocer lo que estamos comprando, por lo que te dejamos algunas recomendaciones:
- Precio. Si una proteína tiene un precio muy accesible es muy probable que manipulen el contenido proteico.
- Ingredientes. Si dentro de sus ingredientes se encuentran glicina, taurina, leucina, malto dextrina o creatina asegúrate que indique la cantidad que tiene. Si no lo indica, entonces hay probabilidad de que haya sido adicionada para manipular el contenido proteico.
- Propietary blend o fórmula secreta. Si la empresa maneja un tipo de fórmula secreta y no tiene tabla de aminoácidos con cantidades respectivas entonces hay probabilidad de que sigan malas prácticas en cuanto a su contenido.
- Conoce a la marca. Antes de comprar tus productos, investiga más sobre la marca para saber si tienen forma de asegurarte el contenido nutricional o prácticas éticas en la generación de sus productos.
- Nutriólogo. Acude con un profesional de salud o nutrición que sepa del tema para que te haga saber cuáles son las mejores opciones para consumir.
El cuidado de tu salud es muy importante por lo que invertir en ella te permitirá tener una buena calidad de vida. Así que infórmate y aprende a tomar cada vez mejores decisiones para cuidarla.
Por L.N. Carlos Sánchez, egresado de la Licenciatura en Nutrición por la Universidad Anáhuac Mayab.