Nadie niega que estudiar un Posgrado implica tiempo y dedicación, pero muchas personas creen que estudiar una Maestría requiere darle la espalda por completo a tu vida profesional y personal. La realidad está muy alejada de eso. Sigue leyendo para saber más.
La inversión de tiempo es una de las causas más frecuentes de deserción a nivel posgrado. Destacan dos formas en las cuales, desde la perspectiva del estudiante, el tiempo podría ser un impedimento: ideas erróneas acerca de cuánto tiempo requiere estudiar una Maestría y poca planificación u organización.
¿Cuánto tiempo requiere estudiar una Maestría?
Como cualquier compromiso, especialmente académico, una Maestría implica dedicación. Dependiendo del plan de estudios, tendrás que dedicar un aproximado de 10 horas a la semana hasta por dos años.
Si esto resulta demasiado demandante para tu estilo de vida, ¡no tienes por qué rendirte! Puedes intentar, por ejemplo, elegir un curso o diplomado para mantenerte actualizado y cultivar tu capital intelectual; la Educación Continua viene en muchas formas.
¿Cómo organizarse para estudiar una maestría cuando tienes trabajo y familia?
Un estudio realizado por la Universidad de Guadalajara revela que quienes abandonan un Posgrado terminan redirigiendo el tiempo que le dedicaban a los estudios de vuelta hacía su trabajo y familia. Para las mujeres suele ser más complicado, ya que las expectativas del matrimonio y la maternidad a veces parecieran opuestas a la posibilidad de estudiar una Maestría. Sabiendo esto, es difícil no ver la vida académica, profesional y personal en jaque. Sin embargo, no tiene por qué ser así: es más que posible salir adelante. Aquí te presentamos algunos consejos para balancear vida y trabajo al estudiar una Maestría:
Tips para estudiar una maestría sin descuidar otras obligaciones
1. Establece prioridades
Tener tus prioridades en orden es el primer paso para organizarse. Es necesario que hagas un ejercicio consciente para revisar tu horario día con día e identificar qué es lo que verdaderamente valoras, así como cuánto tiempo le quieres dedicar a cada aspecto de tu vida.
2. No dejes de lado el resto de tu vida
Es particularmente peligroso pensar que el problema es el trabajo o la familia. Ninguno de estos son impedimentos para lograr tus metas y, por el contrario, pueden incluso ser una fuente de motivación. La clave está en entender lo laboral, familiar y académico como aspectos integrales de un proyecto de vida que se equilibran con la planeación y organización.
3. Un tiempo para cada cosa
Es fácil sentirse identificado con el “no tengo tiempo”. En realidad, esto muchas veces es realmente falta de planeación. En cambio, si priorizas y planeas tu tiempo, puedes armar una agenda donde le asignes a todo, el tiempo que merece. Y sé disciplinado: si es momento de estudio, enfócate en eso; si es tiempo para estar con tu familia, no revises correos ni hagas tareas. Eso te ayudará a sentirte menos estresado y a dedicarle tiempo de calidad a tu familia, estudio y trabajo.
Al final, descubrirás que el esfuerzo de reingresar a la vida académica vale la pena y que no tiene que significar poner en pausa tu trabajo y familia. Es tan solo cuestión de saber cómo organizarse para estudiar una Maestría.