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El arte de preguntar: cómo hacer preguntas que transforman conversaciones

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Con la velocidad que vivimos en la actualidad, estamos saturados de opiniones, respuestas rápidas y comunicación superficial. El arte de preguntar se ha convertido en una habilidad esencial y muchas veces subestimada. Preguntar no solo es una herramienta para obtener información, sino un acto profundo de escucha, empatía e influencia. Cuando aprendemos a hacer preguntas efectivas, podemos transformar conversaciones ordinarias en espacios de reflexión, conexión y crecimiento.

Exploremos cómo dominar el arte de preguntar, qué rol juegan las preguntas asertivas en la comunicación efectiva, y cómo aplicarlas en diferentes contextos personales y profesionales. Además, abordaremos la técnica de la pregunta asertiva, con ejemplos prácticos, y brindaremos herramientas para fortalecer el diálogo desde la comprensión, no desde el juicio.

¿Por qué es tan importante el arte de preguntar?

Preguntar va mucho más allá de una búsqueda de datos. Es una vía para comprender al otro, desafiar creencias limitantes, fomentar el pensamiento crítico y, sobre todo, generar confianza. Las preguntas bien formuladas abren espacios de diálogo genuino, permiten que las personas se sientan escuchadas y valoradas, y nos invitan a explorar otras perspectivas.

El periodista y escritor Warren Berger, autor de A More Beautiful Question, señala que las preguntas poderosas tienen el potencial de cambiar el rumbo de una conversación, una relación o incluso una organización entera. En palabras sencillas: hacer la pregunta correcta puede ser más valioso que tener la respuesta correcta.

¿Qué es una pregunta asertiva?

Las preguntas asertivas son aquellas que se expresan de forma clara, directa y respetuosa, sin invadir ni manipular al interlocutor. En la comunicación asertiva, las preguntas cumplen un papel clave para mantener relaciones saludables, evitar malentendidos y fomentar la colaboración.

Características de una pregunta asertiva:

  • Es clara y específica
  • Se enfoca en hechos o necesidades, no en juicios
  • Busca comprender al otro, no imponer
  • Tiene un tono respetuoso y empático
  • No se formula como una crítica encubierta

Al aplicar preguntas asertivas en nuestras interacciones, abrimos la puerta a conversaciones más honestas y constructivas, en lugar de caer en el conflicto o la evasión.

Técnica de la pregunta asertiva: ejemplos y aplicación

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Dominar la técnica de la pregunta asertiva implica combinar la claridad con la empatía. A continuación, se presentan algunos ejemplos de preguntas asertivas y cómo se pueden utilizar en contextos cotidianos.

1. En el entorno laboral

Situación: Tu jefe te asignó un nuevo proyecto sin consultarte tu carga de trabajo actual.

Pregunta asertiva: "¿Podríamos revisar juntos las prioridades actuales para asegurarme de cumplir con todo de forma efectiva?"

Es directa, busca colaboración y no ataca al jefe por no preguntar antes.

2. En una relación personal

Situación: Tu pareja ha estado distante últimamente.

Pregunta asertiva: "He notado que últimamente estás más callado, ¿hay algo que te preocupe o algo que podamos hablar?"

Muestra interés genuino sin culpar.

3. En una reunión de equipo

Situación: Una idea no fue bien recibida, y el ambiente se tensó.

Pregunta asertiva: "¿Qué podríamos ajustar en esta propuesta para que se alinee mejor con los objetivos del equipo?"

Invita al diálogo y a la mejora conjunta sin ponerse a la defensiva.

Estos son solo algunos ejemplos de preguntas para comunicación asertiva que pueden transformar interacciones difíciles en oportunidades para construir confianza y entendimiento.

¿Cómo cultivar el arte de preguntar?

Aprender el arte de preguntar requiere práctica, conciencia y una actitud de apertura. Aquí te compartimos algunas estrategias para fortalecer esta habilidad:

1. Escucha activa antes de preguntar

No podemos hacer buenas preguntas si no escuchamos primero. La escucha activa implica prestar atención total a lo que el otro dice (y no dice), observando su lenguaje verbal y no verbal.

2. Haz preguntas abiertas

Evita las preguntas cerradas que se responden con un “sí” o “no”. Las preguntas abiertas invitan a desarrollar una respuesta más profunda y reflexiva. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Estás bien?”, podrías preguntar “¿Cómo te sentiste después de la reunión de hoy?”.

3. Evita el juicio o la suposición

Preguntar desde la curiosidad genuina, no desde la crítica. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Por qué siempre llegas tarde?”, podrías plantearlo con: “¿Qué obstáculos has tenido para llegar a tiempo últimamente?”.

4. Sé consciente del tono y el lenguaje corporal

El cómo se pregunta es tan importante como el qué. Una misma pregunta puede sonar inquisitiva o empática según el tono de voz y el lenguaje corporal que la acompañen.

Beneficios de dominar el arte de preguntar

Aplicar conscientemente el arte de preguntar puede traer grandes beneficios a nivel personal, profesional y social:

  • Mejor toma de decisiones: Al hacer preguntas profundas, se obtiene información más rica y perspectivas diversas.
  • Mayor empatía: Preguntar con interés real fortalece las relaciones y genera conexiones más significativas.
  • Desarrollo del pensamiento crítico: Formular preguntas estimula el análisis y la reflexión.
  • Resolución de conflictos: Preguntar permite comprender las causas reales del problema y buscar soluciones conjuntas.
  • Liderazgo efectivo: Los líderes que preguntan, en lugar de solo dar órdenes, fomentan equipos más autónomos y comprometidos.

Preguntas asertivas en distintos contextos: más ejemplos

Para cerrar este recorrido, compartimos más preguntas asertivas ejemplos útiles para diferentes situaciones:

Educación o mentoría:

  • “¿Qué parte del tema te resultó más confusa y cómo crees que podríamos aclararla juntos?”
  • “¿Cómo relacionas esta experiencia con lo que ya conocías del tema?”

Gestión de equipos:

  • “¿Qué opinas sobre cómo estamos abordando este proyecto?”
  • “¿Qué apoyo necesitas para lograr tus objetivos esta semana?”

Salud emocional:

  • “¿Te gustaría hablar sobre lo que te preocupa o prefieres hacerlo en otro momento?”
  • “¿Cómo te puedo acompañar mejor en este proceso?”

Preguntar para conectar

En una época donde se valora tanto la rapidez de las respuestas, vale la pena reivindicar el arte de preguntar. Preguntar no es signo de debilidad, sino de sabiduría. No se trata de tener siempre la respuesta correcta, sino de atreverse a explorar el territorio de lo no dicho, lo no sabido, lo posible.

Ya sea en una conversación entre amigos, una reunión de trabajo o una charla contigo mismo, una buena pregunta puede abrir puertas que una afirmación nunca tocaría. Si queremos relaciones más auténticas, organizaciones más humanas y un diálogo social más constructivo, no podemos dejar de hacernos preguntas.

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