Peter Senge en su libro “La Quinta disciplina” habla acerca de la parábola de la rana hervida, relacionando que si a una rana la ponemos en un recipiente con agua a temperatura ambiente se queda quieta y a medida que la temperatura se incrementa poco a poco no reacciona, hasta que finalmente muere calcinada.
Por otra parte, si a la rana la metemos en un recipiente con alta temperatura esta reacciona inmediatamente ante el calor. Esto se debe a que su organismo está preparado para detectar cambios repentinos, pero no cambios lentos y graduales. De manera similar sucede con la mayoría de las empresas: se van acostumbrando a los cambios graduales los cuales los pueden llevar a la muerte.
Para sobrevivir a estos cambios muchas empresas se han dado la tarea de buscar la manera de innovar ¿pero a qué nos referimos precisamente? La innovación se ha convertido en un concepto muy trillado, en donde cualquier acción significativa dentro de la empresa se confunde con una mejora, si partimos de la definición del manual de Oslo (OCDE) vemos que se define como un nuevo y mejorado producto, servicio, proceso, modelo organizacional, o estrategia de mercadotecnia, que satisface una necesidad o resuelve un problema del mercado.
Este cambio hacia lo innovador es crucial para la supervivencia de una compañía, y sin embargo, la mayoría de las empresas tienden a hacer exactamente lo contrario. La razón de esto es simple: mantener la excelencia exige recursos y tiempo, entonces tienden a enfocarse en esto a expensas de la innovación.
Como empresa es importante implementar constantemente mejores prácticas que conlleven a desarrollar una cultura de innovación empresarial. A continuación te presentamos algunas recomendaciones a seguir:
1. Tu mercado no es eterno:
Identifica cuáles son las principales necesidades de tus clientes (internos y externos) escucha y empatiza para conocer cuáles son sus miedos, frustraciones, obstáculos, y qué resultados esperas, esto te permitirá siempre enfocar tu negocio a lo que pide el mercado, y generar una propuesta de valor adecuada.
Vemos industrias como la del transporte privado o la renta de habitaciones, donde a pesar de que durante mucho tiempo existieron negocios posicionados, se buscaron nuevas formas de satisfacer el mercado, por mencionar el ejemplo de UBER el cual no mató a los taxis, sino QUE, el acceso limitado a taxis, el mal servicio y el control de tarifas lo hicieron. Similarmente ha ido ocurriendo con Airbnb que ha encontrado una manera de competir dándole el beneficio a quienes tienen desde un cuarto hasta una instalación mayor para ofrecer alojamiento.
2. Identificar qué tipo de innovación requiere tu organización:
Es importante considerar que la innovación no siempre se centra en el producto si no de igual forma existen otros tipos como es en procesos, mercadotecnia, y organización, siendo estos más complicados de replicar en el corto plazo, permitiendo generar una ventaja competitiva para la organización.
Empresas como INDITEX se basan en establecer nuevas formas de generar una relación, más fluida y flexible, entre el diseño de las prendas, su fabricación y la logística con una estratégica de crecimiento basado en la diversificación y en la expansión territorial.
3. Define un plan de innovación:
Identifica dentro tu organización cuáles son tus principales fortalezas y debilidades, analiza tus productos y/o servicios definiendo cuál es su propuesta de valor, que mercados y necesidades resuelven, conoce tu industria, con el fin que te permitan definir un acciones estratégicas con base a tu situación actual de negocio, y por ende definir una ruta de innovación a implementar. Identifica las amenazas y las oportunidades.
Incorpora dentro de tu organización estrategias que contribuyan a generar una cultura innovadora, las empresas que se niegan a tomar decisiones o adaptarse a lo que el mercado demanda, caen en la parábola de la rana, ve el cambio como una oportunidad para ser un negocio diferente o proporcionar un producto y/o servicio diferente.