Las 6 grandes lecciones que aprendí como estudiante universitario foráneo

Al final de la prepa estaba lista para irme a la Universidad y enfrentar todo lo que eso implicaba: mudarme de ciudad, cambiar de amigos y aprender a vivir sin el escudo protector de mis papás.

Y es que  para un preparatoriano, la experiencia de estudiar la Universidad en otra ciudad puede ser definida con la palabra Libertad. Sin embargo, jóvenes como somos, pocas veces entendemos que con la libertad llegan también grandes responsabilidades.

Ser estudiante foráneo es un estilo de vida que disfrutas y odias por momentos, pero siempre es una oportunidad de vivir historias memorables que te darán grandes lecciones:

1. Nunca sabes lo que tienes hasta que lo pierdes 👨👩

Extrañar a mis papás nunca fue parte de mis planes, sin embargo, me pasó y también te pasará a ti. Nunca eres consciente del apoyo y amor con el que cuentas hasta que te enfermas en una ciudad nueva o te enfrentas a algún problema que tus papás podrían resolver por ti... si vivieran en la misma ciudad, por supuesto.

Al estudiar en otra ciudad  deberás enfrentar problemas relacionados con asusntos escolares, finanzas personales, pago de servicios, reparación de problemas en la casa o departamento, accidentes menores y más. Nunca entenderás lo mucho que tus papás hacen por ti hasta que debes hacerte cargo de los deberes que ellos asumen por ti.

2. Manejar tu dinero correctamente te dará la felicidad 💸

Al inicio de tu vida como estudiante foráneo:

• Comerás fuera todos los días.
• Irás a todas las salidas y fiestas que te inviten.
• Probablemente gastarás dinero en cosas que no necesites.

Suena súper bien ¿no?... pero un día te encontrarás con que no hay nada de comer en tu refrigerador, tu amigo el buena onda no te puede invitar a comer esta vez y para empeorar las cosas, debes viajar a casa y en tu cuenta bancaria sólo tienes el dinero exacto para comprar el boleto de regreso a tu ciudad.

Por experiencia te digo: llegará un momento en que te quedes sin un peso en la bolsa, y  ese momento debe de llegar porque sólo así podrás aprender de esta lección y comenzarás a tomar medidas para que nunca te vuelva a pasar. 

3. Es posible tener más de dos familias 👨‍👩‍👧‍👦👨‍👩‍👦

Sí, sé que suena raro pero es posible: Estudiar la Universidad en otra ciudad te ayudará a conocer una nueva familia. Durante el primer semestre de tu carrera te encontrarás a gente maravillosa con la que compartirás no sólo la experiencia universitaria sino también muchas grandes aventuras y momentos importantes de tu vida.

Fuera de casa, en una ciudad lejana, tus amigos y compañeros se convierte en un hogar fuera de casa. Es muy posible que incluso los papás y hermanos de tus mejores amigos de la Universidad “te adopten” como otro miembro de la familia y cuando menos te lo esperes, te conviertas en el tercer o cuarto hijo que comparte comidas familiares, cumpleaños y más.

4. Vivir solo no es sinónimo de soledad 😭

Al inicio de tus días como estudiante universitario será muy raro llegar a tu departamento, casa o habitación y no encontrar a nadie que te reciba. Las noches y los fines de semana como foráneo pueden ser muy tranquilas y calladas, y aunque al inicio es muy probable que esta condición te sea difícil de asimilar, en muy poco tiempo te acostumbraras y lo disfrutarás.

Estar solo, disfrutar de tu casa, de tu privacidad y de tu manera de hacer las cosas es una de las mejores formas de conocer quién eres realmente y de aprender a ser independiente. Si al terminar la Universidad regresas a casa por una larga temporada, es muy posible que incluso llegues a extrañar esta soledad.

5. Después de estudiar en otra ciudad nunca volverás a ser el mismo ✊

Salir de casa, estudiar una licenciatura y enfrentarte a un gran número de retos te convertirán en la persona que estabas destinada a ser.

Todas las experiencias que vivas durante estos 4,5 ó 6 años de tu vida te formarán para el futuro y al final del camino serás una persona totalmente distinta a quien eras cuando iniciaste este viaje.

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6. Disfruta el viaje🚆

La Universidad, con sus tareas, fechas de entregas, exámenes finales, noches en vela, diferencias con compañeros y profesores, pueden parecer experiencias que quieres vivir lo más rápido posible para salir a trabajar y comenzar a ganar dinero. Sin embargo, una de las lecciones más valiosas que aprendí como estudiante universitario (no sólo foráneo) fue que debí disfrutar más el viaje, sin preocuparme tanto por llegar al final.

No estoy diciendo que la graduación no sea importante, ni que debas descuidar tus estudios, pero intenta siempre mirar el lado positivo de cada experiencia: aquella desvelada que tuviste porque tu ensayo final no estaba listo no es sólo una molestia que te haya privado de horas de sueño, es también la oportunidad de vivir con tus amigos una de las noches más significativas de su paso por la escuela, es aquella noche que se ayudaron entre todos, se rieron, contaron historias de su infancia y al final, triunfaron entregando el mejor trabajo del grupo.

 Si tienes la oportunidad de salir de tu ciudad y estudiar la Universidad en otro lugar, hazlo, no lo pienses ni tengas miedo, confía en que tus papás te han dado todas las herramientas que necesitas, que tienes la capacidad de enfrentar cualquier reto y que siempre habrá gente amable allá afuera que te ayudará a triunfar.