¿Siempre tuvieron claro que querían hacer en su vida? Yo no. Cuando llegó el momento de decidir qué estudiar, yo no tenía idea. Entré a comunicación y amé la carrera porque conocí a mis mejores amigas y VFI. Pero mis prácticas profesionales fue lo que dio el giro a mi vida. El CRIT Yucatán me recibió en un departamento que se llamaba “Proyectos Especiales”, el cual se encargaba de la rehabilitación social de los niños pacientes a través de paseos a lugares públicos para fomentar la inclusión. A la semana que entré, ya teníamos una capacitación para los que formarían el STAFF; estuve todo el día y terminamos a la 1:00 de la mañana cansadísimos. Pero fue ahí cuando me di cuenta que mi corazón estaba más feliz que nunca. A partir de eso, todos mis sábados se volvieron un sube y baja de sillas de ruedas, cargar niños, ordenar materiales y terminar muerta, pero totalmente feliz.
Tiempo después llegó Soñar Despierto a mi vida, sí había ido a macroeventos, pero nunca me había involucrado tanto como estaba a punto de hacerlo. En esa época trabajaba en el departamento de egresados, y un viernes tras desmontar una graduación, fue cuando conocí a otra gran familia. Cada montaje, desmontaje, pelea, show, risa, junta, capacitación, todo ha valido la pena. Me tuve que salir de la Directiva, pero justo en ese momento algo más iba a entrar a mi vida. Me “rescataron” de un trabajo que no me gustaba y llegó ASUA a mi vida. Como todo, al principio fue cuestión de adaptarse, pero después todo fluyo increíblemente. ASUA no solo me dio un trabajo que amo, sino que he conocido a personas que hoy en día son mis mejores amigos.
Y ¿qué he aprendido a lo largo de este tiempo? Demasiado. Todos los días creo que se aprende algo nuevo y eso es padrísimo. Aprendes profesionalmente, pero también grandes lecciones de vida llegan a ti, muchas de ellas por los mismos voluntarios.
Pero si pudiera resumirlo en 5 cosas creo que serían las siguientes:
1. Multitasking y aprendiz. Para poder hacer mi trabajo, he tenido que aprender desde cómo pedir al departamento de compras medicinas o materiales, lavar instrumental de odontología, calcular materiales de construcción, coordinar camiones, pedir facturas, llamar a una ambulancia, hasta cómo ser tutora, semi-mamá, diseñadora, comunicóloga y muchas cosas más. Tienes que aprender a resolver cosas en el momento y saber actuar en cada situación. Lograr que cada evento tenga forma y fondo; que cumpla con su objetivo, pero que también pueda gustarles a los voluntarios. Hay que seguir aprendiendo día con día y capacitándonos en este mundo de constante movimiento.
2. Equilibrio. Todo en esta vida tiene que tenerlo. Y ser voluntario no es una excepción. Tenemos muchos eventos y programas y nuestro corazón está acostumbrado a siempre dar un SÍ y siempre horas extras. Pero también es necesario tener un equilibrio en nuestra vida porque sino no rendimos igual (y esto es algo que yo he tenido que aprender a la mala). Afortunadamente, he tenido una familia y amigos que me han apoyado a trabajar en algo que me llena. Pero no te olvides de ellos, pasa tiempo con tus seres queridos; tiempo de calidad.
3. Agradecer. Miro atrás y veo todo lo que hemos logrado y solo me queda decir gracias; a la vida por cada oportunidad, ciudad visitada, pueblito, o persona que hemos ayudado. Cada vez que alguien me manda un mensaje de agradecimiento o escuchamos una historia de cómo el voluntariado ha cambiado su vida, es ahí cuando todo vale la pena y me da gasolina para seguir trabajando. Tal vez no podamos llegar a cambiar el mundo de golpe, pero sí podemos empezar por nuestro metro cuadrado. Gracias a la vida por el mejor equipo de trabajo del mundo, el más cool y divertido.
4. Es infinito. Ser voluntario nunca tendrá fin. Podríamos pensar que nuestro trabajo termina cuando un evento lo hace, pero no es así; siempre hay que dar resultados y pensar en lo que viene. Tenemos que ser proactivos y creativos y ver cada crisis como una oportunidad para crear algo nuevo y sobretodo, para sumar a muchas más personas. El mundo siempre necesitará gente que con su SÍ sea la luz en la vida de muchas personas.
5. Familia. Haciendo voluntariado conocerás a personas que te acompañarán en las buenas y las malas; aquellas que conoces en una actividad, en una capacitación o en un fin de semana de formación, esas personas se vuelven tu familia. Podrás descubrir que tienen muchas cosas en común o podrás ver que no se parecen en lo más mínimo, pero siempre tendrán una meta en común, hacer de este mundo un lugar mejor. Es 100% comprobado, cuando haces voluntariado encuentras a una familia.
Esto es tan solo un poco de lo que he aprendido en estos años y todavía me falta muchísimo. Probablemente al principio de mi carrera no tenía ni idea de qué quería que fuera mi vida, ni en qué trabajar, pero poco a poco todo va tomado su rumbo; la misma vida se encarga de eso, así que no te desesperes. Cada voluntario, persona a la que ayudas o evento, deja algo en ti; cuando pensamos que estamos ayudando a los demás, nos damos cuenta que lo que recibimos es mucho más grande. Son esos momentos los que te cambian la vida, te marcan y ya no puedes ser igual. Ser voluntario o trabajar en algo relacionado con Compromiso Social, marca un antes y un después, y es nuestra responsabilidad hacer algo con ello.
Aprendamos cada día y no nos demos por vencidos si algo sale mal, recuerda que venimos a ser luz en el mundo y eso es lo que da un gran sentido a nuestra vida.
“Cuando pensamos que estamos ayudando a los demás, nos damos cuenta que lo que recibimos es mucho más grande.”