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No se trata de lo que te pasa, si no lo que haces con ello.

Por: Redacción

01 de octubre del 2024

Hoy te quiero platicar mi historia y espero que esta te sea de ayuda. Nací en una pequeña ciudad en Michoacán, siempre tuve presentes los valores y el voluntariado, pues mi hermanito y yo estudiábamos en una escuela católica. Mi mamá hacía colectas para personas de bajos recursos y mi papá era voluntario como rescatista y paramédico. En aquel entonces nos encontrábamos en lo que se podría considerar una buena posición económica; fue cuando me encontraba en 5º de primaria cuando pasó lo que considero la primera de las tres fases de cambio en mi vida. Una serie de sucesos vieron obligado a mi padre a trabajar a otro país mientras mi madre contaba pesos para pagar las cuentas, aquí comencé realmente a valorar lo que está a mi alrededor y el impacto del voluntariado. Un par de años después, nos reunimos con mi papá, pero ahora siendo criado en la Ciudad de México, en donde recuerdo ir al Hospital de Nutrición a llevar cenas junto con mi familia a los familiares de los pacientes.

 

 

El 19 de septiembre del 2017 ocurre lo que llamo el segundo cambio. Me encontraba bañandome para ir al trabajo, cuando de pronto el edificio en el que vivía comenzó a moverse, se fue la luz, por lo que no podía ver nada, mientras sólo me era posible escuchar cómo caían las cosas en el departamento y los gritos de mi mamá, seguidos de lo que parecía ser un golpe fuerte. Al salir, nos dimos cuenta de que el edificio de 8 pisos situado en frente del nuestro se había desplomado. Al ver los rostros de las personas sólo era posible ver miedo y desesperación, un ambiente lleno de FOTO 2tristeza, pero en medio de todos los escombros destacó la luz de empatía de las personas trabajando en equipo por los demás; ese día mi hermano y yo nos quedamos hasta la madrugada moviendo escombros, mientras mi mamá preparaba comida a los voluntarios. Fue muy impactante ver a familias perder su hogar, pero lo que más me impactó ese día fue sacar entre los escombros lo que parecían regalitos de cumpleaños para una niña de entre 5 y 8 años, en cuanto los toqué y leí las dedicatorias sentí un nudo en mi garganta, ¿Qué tal que esa pequeña y su familia se encontraban ahí? Fue esa desesperación la que me dio la fuerza para seguir moviendo los escombros aún con las manos llenas de llagas. Las siguientes semanas convertimos el restaurante en el que trabajaba en un comedor para los voluntarios y los afectados, en donde los atendimos como si fueran clientes y pagaran por ello.

 


El tercer y mayor punto de cambio en mi vida fue cuando murió mi mamá. Yo me encontraba en mi primer semestre aquí en Mérida y mi familia en Campeche. Un martes por la noche, mientras trabajaba para poder sostener mis estudios, recibí la llamada de mi padre diciéndome que un hombre le había disparado a mi mamá en la puerta de la casa sin alguna razón aparente. Tiempo después, me convertí en vértice y tuve la fortuna de ir a la Cumbre de los Premios Nobel de la Paz, donde tuve la oportunidad de comer con el secretariado permanente y cenar con el laureado Lord David Trimble, gracias a ellos pude entender que la razón de mi dolor tenía una causa que le antecede.

 

Es aquí cuando decido utilizar eso como motivación para ejercer mi vocación, EL SERVIR.

 

FOTO 3Descubrí “Second Chance” y “Camina Distinto” donde en las visitas al CERESO y la correccional de menores me di cuenta que no todos los hombres son iguales; también descubrí a Soñar Despierto buscando impactar de manera positiva en la sociedad, y es aquí donde encontré una familia, una familia con un corazón tan grande que está dispuesta a dar todo lo que tiene al prójimo, una familia que busca como yo, impactar en la vida de niños y jóvenes, personas que me aceptaron y me hacen ser mejor cada día. Hoy te podría contar muchas historias, pero hoy solo quiero decirte que irónicamente cuando eres voluntario recibes aún más de lo que das, y que sobre todo NO ESTÁS SOLO. Date la oportunidad de hacer algo por alguien más, créeme que nunca es tarde para apoyar

"Todos tenemos una historia, solo falta que cuentes la tuya."

 

Escrito por: Adrian Alejandro Torres Ramírez | Coordinador de Logística Soñar Despiert

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