Una empresa es más grande mientras más felices sean sus trabajadores, es a la conclusión que llega Ivette Laviada, empresaria yucateca y mentora del Parque tecniA. “Busquen siempre la mejor manera de mejorar la vida de sus empleados, el capital social de una empresa es su gente y en la medida de que su gente esté mejor preparada, más cuidada, mejor atendida, que ganen mejor, es en la medida en que la empresa va a ser muchísimo más grande”.
Ivette Laviada, señala que los empresarios mexicanos a nivel nacional están muy acostumbrados a ganar mucho dinero a costa de sus trabajadores, “hay unas brechas muy grandes entre obreros, mandos medios y directores, esa brecha debe hacerse cada vez más pequeña, estoy segura de que en las empresas da para todos, es una cuestión de ajustar aquí y allá para ir nivelando”.
En su labor como mentora Ivette tiene una misión clara: sembrar la semilla de la responsabilidad social en los emprendedores y empresarios.
“Lo mejor que les puedo aconsejar es que cuando piensen en abrir una empresa no lo hagan pensando solo en ellos sino también en los demás y cómo esa empresa puede ayudar. Qué aporte podrá dar su empresa para que nuestra sociedad sea mejor”
Desde joven Ivette se ha dedicado a trabajar y a prepararse continuamente, ya sea cuando se encontraba en la industria del plástico con su marido o en los diferentes papeles que ha desempeñado, desde su trabajo en PROSA, Casas de Bolsa o siendo maestra de finanzas en la Anáhuac Mayab.
Junto con los negocios y el trabajo, algo fundamental en la vida de Ivette siempre ha sido la familia, “lo que siempre me ha encantado de la carrera que estudié, es poder entrar y salir del mundo laboral, muy fácilmente sin problemas, porque siendo administradora de empresas te puedes desempeñar en todos lados”.
En paralelo con su labor empresarial y familiar, Ivette incursionó hace ya casi 20 años en el mundo de las organizaciones civiles, un punto que marcó su vida para siempre. “Es esta complementariedad entre mi lado empresarial y el de las organizaciones civiles lo que ha venido a darme un plus en lo que hago”.
Su incursión en el lado social la obligó a seguirse preparando, “estudié los diplomados en Ciencias de la Familia y el de Formación Integral de la Mujer y más adelante, ya que me gustan mucho las leyes, estudié un diplomado sobre el nuevo sistema penal para Niñas, Niños y Adolescentes (NNA), adicionalmente también estudié la Maestría en Bioética, además de diplomados en empresas familiares y seminarios en alta dirección, tales como el Diplomado en Conciliación y Mediación por el Instituto Internacional de Gobierno Corporativo y Mejores Prácticas (IGOME) y el Seminario Learning Tour Corea, Singapur, Taiwán y Malasia por el Instituto de Investigación de Macrotendencias”.
- ¿Te consideras una emprendedora?
Yo creo que sí, me considero una emprendedora en el tema de las organizaciones civiles porque el altruismo es visto como algo que no necesita estar profesionalizado, “basta con hacer el bien”.
Con la consigna de profesionalizar a las Organizaciones Civiles Ivette Laviada ha trabajado más de 10 años desde la Red Pro Yucatán, en la cual empezaron 17 OSC y actualmente se agrupan 92. Desde la Red se han dado a la tarea de que las organizaciones sean transparentes, que se constituyan legalmente y así puedan recibir apoyo inclusive internacional.
- ¿Qué estás haciendo actualmente por los emprendedores y empresarios de Yucatán?
Yo creo que en la parte que más apoyo a las personas que buscan una mentoría es en la participación social, todas las empresas pueden tener o pueden cumplir una labor social primordial, aquí en nuestro Estado, sobre todo, muchas veces hay empresarios que cuando inician un negocio solamente piensan en ganar dinero, “con esto voy a hacerme rico o de esto voy a vivir toda mi vida y si le pego voy a ganar mucho dinero”, y la vida no es solamente dinero.
Me gusta abrirles los ojos para que se comprometan a ayudar a los demás y de alguna manera sean conscientes de que eso que hacen o de la forma que lo hacen puede contribuir a tener una mejor sociedad.
Pero mi labor como mentora no está peleada con que ganen dinero, también les ayudo a generar ingresos, a que su producto se mueva mejor y a relacionarse con gente que los pueda ayudar, las relaciones son muy importantes para ellos.
De alguna manera todos los que estamos aquí aportamos desde nuestra experiencia y es esta complementariedad lo que hace muy rico al grupo de mentores y yo creo que esto es lo más valioso.