Cada 28 de agosto se celebra el Día de los Abuelos en México para reconocer la importancia e influencia que los adultos mayores tienen en las familias mexicanas.
Desde las comidas familiares en domingo, las anécdotas interminables, las aventuras que comparten con sus nietos y, sobre todo, las enseñanzas que perduran generación tras generación. Pero ¿Cuáles son los retos que una persona enfrenta al llegar a la llamada tercera edad y cómo lograr una mejor calidad de vida en esta etapa?
"El proceso de envejecimiento es un reto formidable para el mundo contemporáneo", señala el Psic. Francisco J. Hernández Colín, quien también es orgulloso abuelo de dos pequeños (Arya y Lorenzo).
Implica un análisis integral en favor de los adultos mayores (personas de 60 años y más; Organización Mundial de la Salud). Hacer visible este grupo de edad y sus necesidades, es asignatura obligada para las nuevas generaciones.
México, pertenece al grupo de países con grandes cifras, su población de 126 millones de habitantes, lo ubica en el lugar número 11 del mundo (INEGI Censo de población 2020); el 51% son mujeres y el 49% hombres. Sus entidades federativas transitan desde los 17 millones de habitantes, como el Estado de México, hasta los 731,000 de Colima. Yucatán, por cierto, ocupa el lugar 22 con 2´300,000.
La población de adultos mayores integra el 12% de quienes vivimos en México. Este marco demográfico parecería exclusivamente un tema de política pública. Sin embargo, a la luz de nuestra responsabilidad social, podemos utilizar otras lentes para acercarnos a la comprensión y toma de acciones.
Los sistemas psicológicos otorgan al proceso de envejecimiento y la tercera edad, la misma relevancia que a las etapas de la vida previas. En complemento de la estadística, señalan que el segmento de 60 años y más, resulta demasiado amplio y diverso, por tanto, debe atenderse las particularidades que implica.
El estudio de la vejez pone en el centro un dilema humano. Por un lado, es considerada última etapa de la vida e implica diversos retos como: la pérdida de autonomía económica, la fragilidad de la salud, la modificación de roles familiares, laborales y sociales, y estigmatiza al adulto mayor como ser dependiente y pasivo, quien es visto como “una carga”.
Por otra parte, la visión opuesta, se aleja de estereotipos y reinterpreta la tercera edad: sacude los prejuicios sobre su salud física y mental e identifica en cada nueva generación atributos agregados que alargan la esperanza de vida con calidad.
Considera que la vejez al final de cuentas sintetiza un estilo de vida, hábitos alimenticios saludables o no; rutinas de trabajo razonables o no; práctica de ejercicio o no; y la adecuada administración del tiempo libre.
Este segundo enfoque confiere a la tercera edad una nueva visión que considera la posibilidad de realizarse plenamente, de disponer de un plan de vida activa y autodeterminada con calidad y propósito.
Las sociedades son dinámicas y las generaciones han cambiado, las y los adultos mayores son en muchos casos factor productivo de ayuda material y espiritual para hijos y nietos y, soporte de cohesión y funcionalidad familiar. Lo importante es tomar decisiones en familia para definir desde qué enfoque relacionarnos con nuestros adultos mayores, con el fin de brindarles la mejor calidad de vida.
Si en tu familia aún tienes la fortuna de contar con tus abuelos, el Dr. Hernández comparte algunas sugerencias para promover su salud física y mental:
*Psic. Francisco Javier Hernández Colín, profesor de la Escuela de Psicología y Psicopedagogía de la Universidad Anáhuac Mayab.