Con la velocidad que vivimos en la actualidad, estamos saturados de opiniones, respuestas rápidas y comunicación superficial. El arte de preguntar se ha convertido en una habilidad esencial y muchas veces subestimada. Preguntar no solo es una herramienta para obtener información, sino un acto profundo de escucha, empatía e influencia. Cuando aprendemos a hacer preguntas efectivas, podemos transformar conversaciones ordinarias en espacios de reflexión, conexión y crecimiento.
Exploremos cómo dominar el arte de preguntar, qué rol juegan las preguntas asertivas en la comunicación efectiva, y cómo aplicarlas en diferentes contextos personales y profesionales. Además, abordaremos la técnica de la pregunta asertiva, con ejemplos prácticos, y brindaremos herramientas para fortalecer el diálogo desde la comprensión, no desde el juicio.
Preguntar va mucho más allá de una búsqueda de datos. Es una vía para comprender al otro, desafiar creencias limitantes, fomentar el pensamiento crítico y, sobre todo, generar confianza. Las preguntas bien formuladas abren espacios de diálogo genuino, permiten que las personas se sientan escuchadas y valoradas, y nos invitan a explorar otras perspectivas.
El periodista y escritor Warren Berger, autor de A More Beautiful Question, señala que las preguntas poderosas tienen el potencial de cambiar el rumbo de una conversación, una relación o incluso una organización entera. En palabras sencillas: hacer la pregunta correcta puede ser más valioso que tener la respuesta correcta.
Las preguntas asertivas son aquellas que se expresan de forma clara, directa y respetuosa, sin invadir ni manipular al interlocutor. En la comunicación asertiva, las preguntas cumplen un papel clave para mantener relaciones saludables, evitar malentendidos y fomentar la colaboración.
Al aplicar preguntas asertivas en nuestras interacciones, abrimos la puerta a conversaciones más honestas y constructivas, en lugar de caer en el conflicto o la evasión.
Dominar la técnica de la pregunta asertiva implica combinar la claridad con la empatía. A continuación, se presentan algunos ejemplos de preguntas asertivas y cómo se pueden utilizar en contextos cotidianos.
Situación: Tu jefe te asignó un nuevo proyecto sin consultarte tu carga de trabajo actual.
Pregunta asertiva: "¿Podríamos revisar juntos las prioridades actuales para asegurarme de cumplir con todo de forma efectiva?"
Es directa, busca colaboración y no ataca al jefe por no preguntar antes.
Situación: Tu pareja ha estado distante últimamente.
Pregunta asertiva: "He notado que últimamente estás más callado, ¿hay algo que te preocupe o algo que podamos hablar?"
Muestra interés genuino sin culpar.
Situación: Una idea no fue bien recibida, y el ambiente se tensó.
Pregunta asertiva: "¿Qué podríamos ajustar en esta propuesta para que se alinee mejor con los objetivos del equipo?"
Invita al diálogo y a la mejora conjunta sin ponerse a la defensiva.
Estos son solo algunos ejemplos de preguntas para comunicación asertiva que pueden transformar interacciones difíciles en oportunidades para construir confianza y entendimiento.
Aprender el arte de preguntar requiere práctica, conciencia y una actitud de apertura. Aquí te compartimos algunas estrategias para fortalecer esta habilidad:
No podemos hacer buenas preguntas si no escuchamos primero. La escucha activa implica prestar atención total a lo que el otro dice (y no dice), observando su lenguaje verbal y no verbal.
Evita las preguntas cerradas que se responden con un “sí” o “no”. Las preguntas abiertas invitan a desarrollar una respuesta más profunda y reflexiva. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Estás bien?”, podrías preguntar “¿Cómo te sentiste después de la reunión de hoy?”.
Preguntar desde la curiosidad genuina, no desde la crítica. Por ejemplo, en lugar de preguntar “¿Por qué siempre llegas tarde?”, podrías plantearlo con: “¿Qué obstáculos has tenido para llegar a tiempo últimamente?”.
El cómo se pregunta es tan importante como el qué. Una misma pregunta puede sonar inquisitiva o empática según el tono de voz y el lenguaje corporal que la acompañen.
Aplicar conscientemente el arte de preguntar puede traer grandes beneficios a nivel personal, profesional y social:
Para cerrar este recorrido, compartimos más preguntas asertivas ejemplos útiles para diferentes situaciones:
En una época donde se valora tanto la rapidez de las respuestas, vale la pena reivindicar el arte de preguntar. Preguntar no es signo de debilidad, sino de sabiduría. No se trata de tener siempre la respuesta correcta, sino de atreverse a explorar el territorio de lo no dicho, lo no sabido, lo posible.
Ya sea en una conversación entre amigos, una reunión de trabajo o una charla contigo mismo, una buena pregunta puede abrir puertas que una afirmación nunca tocaría. Si queremos relaciones más auténticas, organizaciones más humanas y un diálogo social más constructivo, no podemos dejar de hacernos preguntas.