Como parte del ejercicio profesional, los psicólogos luchamos constantemente contra el estigma de una profesión que en ocasiones no es tomada en serio. Esto es porque no existe la suficiente apertura para conocer los alcances que nuestra carrera tiene dentro de las sociedades
Si bien, todas las áreas de la psicología tienden a recibir cierta discriminación social, la psicología clínica, a pesar de ser el área más conocida, es la que se lleva la mayor parte de esa carga negativa. Sin embargo, como psicólogo debes saber que tu trabajo en el área de la psicología clínica tiene una injerencia directa en la sociedad, y uno de los aspectos más importantes es el acompañamiento psicológico a las familias.
Seguramente has escuchado la frase “no quiero tener hijos porque no quiero pasarles mis traumas” y claro, esta decisión depende de cada persona. Sin embargo, este argumento es un reflejo del concepto que las personas tienen de sí mismas y cómo relacionan esos traumas con su vida familiar.
A pesar de que no todas las corrientes terapéuticas se manejan desde una línea retrospectiva, como en el caso del Psicoanálisis, todas tienen como objetivo analizar y dirigir las conductas hacia el mejoramiento personal, el cual se verá reflejado en más de un aspecto de la vida de nuestros pacientes, entre las que se encuentra, la vida familiar.
Las familias sanas y fuertes se conforman por individuos que tienen capacidades emocionales y afectivas específicas y que pueden desarrollar con la ayuda de nuestro trabajo como psicólogos.
A pesar de que siempre existirán los modelos tradicionales de familia, cada vez se amplía más el espectro de norma familiar. Ya sea que la familia cuente con más miembros o no, la buena comunicación y el manejo de conflictos en las relaciones amorosas tienen un impacto directo en la dinámica familiar, y en ocasiones es necesario el acompañamiento de un profesional.
Como psicólogos especializados en la terapia de parejas debemos estar preparados para enseñar a cada individuo a lidiar de manera saludable con los conflictos por los que estén pasando o incluso, trabajar en prevenir dichas confrontaciones.Este tipo de terapia no es exclusiva para parejas en conflicto, también lo es para aquellos que están en el proceso de iniciar un compromiso mayor como mudarse juntos, empezar una vida en matrimonio e incluso iniciar el crecimiento de su familia.
Este podría ser el tipo de terapia más obvio cuando se habla de la relación entre psicólogos y núcleos familiares, sin embargo, también es de las especialidades más complejas. Por esto, es muy importante que sea realizada por profesionales que cuenten con la experiencia teórica y práctica, ya que estamos hablando de la atención a más de dos personas de manera simultánea, lo que requiere de toma de decisiones que podrían afectar a todo un sistema familiar.
Para conseguir esto, es necesario que el profesional de la salud conozca las opciones terapéuticas que podrían ayudar a cada caso, ya que todas las familias son diferentes y tienen necesidades distintas para atender.
Que una familia y un profesional de la salud psicológica hagan una conexión significativa, sienta las bases para que todos los miembros puedan tener vidas más funcionales en todos los aspectos.
Invertir en la salud familiar es invertir en la seguridad personal y creación de espacios emocionalmente seguros para los miembros, lo cual incrementa la capacidad de adaptación en ambientes hostiles y al mejoramiento de la calidad de vida. Como psicólogo es muy importante que nunca pierdas de vista el compromiso con tus pacientes y el impacto que tu práctica profesional puede tener a nivel social.
¿Te gustaría contribuir al desarrollo de familias más sanas y a la construcción de una mejor sociedad? Entonces te invitamos a conocer más sobre la Maestría en Terapia Familiar que la Universidad Anáhuac Mayab te ofrece.