Sabemos que conoces las ventajas de tener un posgrado en tu currículo, pues más allá de continuar con tu educación, te puede servir para conseguir ese puesto que tanto quieres. ¿Pero cómo lograrlo sin descuidar tu trabajo?
Un estudio realizado a profesionistas mexicanos, reveló que una tercera parte de ellos no ve viable estudiar una maestría por una combinación de tres factores: falta de tiempo, de dinero y por su trabajo actual.
Dentro de estos factores, la falta de dinero fue la problemática más recurrente, 60% de los encuestados indicaron que la razón por la que abandonaron sus estudios de posgrado fue la falta de recursos económicos. La falta de tiempo y las cuestiones laborales representaron en total el 40% restante: 20% señaló que por cuestiones de trabajo ha tenido que abandonar su posgrado y otro 20% dijo que el tiempo fue la razón principal por la que dejó de estudiar, respectivamente.
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Sin embargo estudiar la maestría y trabajar es posible, se trata de organización y disciplina.
Una buena organización te permitirá no sólo estudiar la maestría y trabajar, sino darte tiempos para descansar y despejar tu mente. No debes dejar de lado el descanso, ya que es necesario para tener un buen desempeño y para cuidar tu salud. Si tienes la posibilidad de elegir las clases y horarios dentro de tu posgrado, busca que no se empalmen con tu trabajo u otras actividades.
Prioriza, trata de elegir las materias más fundamentales y no sobrecargarte de pendientes, una buena organización tiene mucho que ver con ser realista con los tiempos y disponibilidad.
Estudiar una maestría es una iniciativa muy valiosa y debes compartirla con tus superiores en el trabajo. Trata de llegar a un acuerdo con ellos.
Además, habla con tus profesores del posgrado, diles en qué trabajas, tus horarios y responsabilidades.
De la misma forma en que organizas tus horarios, puedes planificar tus horas de estudio para aprovechar el tiempo al máximo. Regresar a un ritmo académico, sobre todo si llevas mucho tiempo fuera del aula puede ser algo difícil al inicio. Haz resúmenes, mapas mentales y apóyate en los recursos digitales que existen en la actualidad. Evita el estrés avanzando a tiempo con tus proyectos, no sabes qué pueda surgir que te impida cumplir con la fecha de entrega.
Parecería un principio muy lógico, pero es fácil perderlo de vista en el día a día. Cuando estés en el trabajo no realices tareas o pendientes de la maestría, del mismo modo a la inversa, cuando estés en el salón de clases procura no revisar correos o realizar tareas relacionadas con el trabajo. Mantén tu mente enfocada en lo que estás.
Estudiar y trabajar al mismo tiempo puede resultar agotador, por lo que es fundamental que cuides más que nunca tu salud. Duerme al menos 7 horas al día, aliméntate de forma saludable para que tu cerebro funcione mejor, haz ejercicio y no te olvides de tomarte tiempos de relajación para descansar y distraerte entre una actividad y otra.
Estudiar una maestría y trabajar es difícil, pero no imposible. Y es un logro no sólo académico o profesional, sino humano y personal. No pierdas de vista esta motivación y llegarás a tener el título en tus manos.
El futuro comienza hoy, y la mejor manera de asegurarlo es fortaleciendo los cimientos de tu formación profesional. Descubre todo lo que necesitas saber antes de estudiar una maestría.