Definitivamente, la salud mental es uno de los ejes centrales de la vida, sin embargo, a veces el ritmo acelerado del estudio o el trabajo, conducen a que su cuidado y atención sean relegadas a un segundo plano.
Esto resulta evidente al reflexionar que, por la mañana, al prepararse para salir de casa, la mayoría de las personas se miran al espejo para verificar su apariencia física y su atuendo, no obstante, esta revisión pocas veces se realiza para identificar el estado emocional actual, qué lo causa y cómo conducirse ante ello.
La reflexión dirigida al propio estado emocional permite orientarse hacia el bienestar, ya que al identificar las situaciones que gradualmente generan dificultades, al ser ubicadas, pueden ser trabajadas de modo individual o en su caso, pedir ayuda a la red de apoyo inmediata o algún especialista según sea el caso.
Además de lo anterior, la pandemia fue un momento de crisis aguda que implicó la pérdida del equilibrio ante un cambio repentino, lo cual, de manera natural generó diversas manifestaciones de malestar. Debido a que su duración se extendió en el tiempo, muchas personas que antes requerían de apoyo vieron exacerbadas sus dificultades.
Con el progresivo regreso a las actividades regulares, se pensaría que el bienestar aparecería en consecuencia, sin embargo, este retorno implica nuevamente la capacidad de afrontar los cambios y por tanto puede generar nuevamente dificultades adaptativas.
Es fundamental no sólo acudir con un especialista por ayuda, sino también trabajar en la prevención, a través de actividades que favorezcan el desarrollo y cuidado personal, por ejemplo, a través de informarse sobre cómo incrementar el propio bienestar en sitios oficiales dirigidos por profesionales de la salud mental. Uno de ellos es Mentalizarte, la propuesta principal de difusión del Instituto Nacional de Psiquiatría Ramón de la Fuente Muñiz, donde es posible encontrar información orientativa sobre las dificultades emocionales más comunes, cómo identificarlas y abordarlas a través de estrategias básicas.
*Escrito por: Psic. Alina Vega, profesora de la Escuela de Psicología