El empresario Zev Siegl, cofundador de Starbucks, compartió su historia de éxito, como parte del cierre de Uchallenge, evento que incluyó la participación de más de 1,500 alumnos, quienes divididos en equipos presentaron diversos proyectos de emprendimiento.
Actualmente Zev Siegl apoya a proyectos de emprendimiento, además de ser consejero y asesor de estudiantes y emprendedores alrededor del mundo. El reconocido empresario platicó sobre la historia de Starbucks,y compartió varios de los retos que tuvo que enfrentar, mismos que muchos emprendedores también enfrentan actualmente.
“Hay muchos puntos de la historia de Starbucks, de su éxito, que pueden aplicar para ti si quieres convencer a tu empresa que haga algo distinto”, refiriéndose a que también aplica para quienes trabajan en una gran empresa y quieren sugerir cambios.
Zev comenzó su relato con un viaje por la historia de la empresa, desde sus inicios y los de la industria del café en los Estados Unidos. “No había internet, teléfonos inteligentes. Si querías comprar cerveza tenías cinco opciones, hoy hay cincuenta; si querías quesos había unos pocos, ahora hay una infinidad. En 1971 no había ni variedad ni buena calidad de café”, así se encontraba el país cuando nació la idea de Starbucks, explicó el empresario.
Cuando empezaron, continuó relatando el empresario, acababan de graduarse, tenían su primer empleo y ahí fue que se dieron cuenta de que no era lo que querían. Se reunían y platicaban acerca de qué hacer. La idea surgió en un restaurante de Seattle, en esa ciudad no había cafeterías como tal, no había café de calidad y no te ofrecían expreso en los restaurantes.
El giro en la historia se dio cuando de visita en un buen restaurante de la ciudad les ofrecieron un expreso. Esto último era una novedad, no era común. Al tomarlo se dieron cuenta de que era malo, “muy malo” recalcó Zev, era como ponerle un aditamento al combustible de una moto. Ante esto comenzaron a platicar de café, de la idea de emprender en esa industria. Para el grupo de amigos la gente de Seattle se merecía algo mejor, un café de calidad.
Ante esto comenzaron a investigar, preguntarle a la gente, realizaron las evaluaciones financieras pertinentes. Durante esta investigación descubrieron una empresa de café en Estados Unidos que hacía bien las cosas, no había nadie más.
“Le llamé al dueño de esa empresa, fui muy afortunado, me comunicaron directamente con él. Platiqué unos minutos y me comentó: si quieres abrir en Seattle vente a San Francisco a conocer uno de mis establecimientos”.
Zev platicó de su visita, de lo que observó en el lugar. Las grandes filas para entrar, la gente platicando mientras tomaba café, el aroma al entrar, el personal atendiendo. No solo era el café, sino la experiencia completa.
“Ese fue el momento cuando supe que teníamos una gran oportunidad de ser exitosos. Esa tienda fue la validación de nuestra idea. El dueño me llevó -a unas calles- a donde preparaba el café, fue muy amable, como un padre que ayuda a su hijo”.
Alfred Peet, el empresario cafetero, se ofreció a ser su coach si querían abrir el nuestro. Además, los invitó a trabajar con él para aprender. “Ya no solo teníamos una idea, sino a un mentor”, un punto que el empresario considera fundamental en su éxito y en el de cualquier emprendedor.
También destacó el capital para arrancar un proyecto. En su caso comenzaron sin capital, aportaron su tiempo de trabajo, construyeron el primer local con sus propias manos, con ayuda de familiares y amigos.
La charla fue avanzando, con detalles de los inicios y de la evolución de la empresa. Zev Siegl compartió fotos de los orígenes de la empresa, y dando detalles de sus primeros días, las decisiones que tomaron y datos curiosos de lo que fue pasando, sus aprendizajes, las personas que trabajaron en los primeros años. Explicó, que, en esencia, el vender café no era una nueva idea pues ya llevaba muchos años, pero ellos le dieron un nuevo concepto.
El empresario concluyó reflexionando que al arrancar tenían una gran idea para un gran negocio y la fórmula correcta, “teníamos la ayuda de un gran coach y otras grandes personas, teníamos mucha pasión al respecto, y creímos que nuestra ciudad estaba lista para este cambio, y que la empresa pudiera generar ganancias. Por eso elegimos este mercado y nos arriesgamos”.
“¿Tuvimos dificultades? Sí, no tuvimos entre nosotros, pero sí sufrimos de nuestra propia ignorancia, de no saber operar una tienda, de no saber del café y del té. No todo ser humano sabe de todo, pero no está bien no hacer nada al respecto. Si algo no sabíamos, nos asegurábamos de que hubiera alguien que nos enseñara y nos capacitara”.
*Por Mario Ovies