Ante el desabasto de materiales que los hospitales enfrentan tanto para la protección del personal médico como para la atención de los enfermos de COVID-19, Marco A. Barba Sánchez (Diseño Industrial, 2016) busca desarrollar respiradores artificiales mediante tecnologías de prototipado rápido.
Para ello, lanzó una convocatoria en redes sociales y obtuvo respuesta incluso de profesionales del extranjero. Aunque inicalmente un respirador personal a bajo costo, que facilitaría la respiración mediante un producto que funcionará con un motor y que estará programado para ser utilizado con corriente eléctrica. El objetivo es ponerlo a disposición de las personas con COVID-19 que estén aisladas en casa.
El respirador artificial contaría con compresores y bobinas para suministrar el aire artificial, llevará tubos con sensores de presión y de flujo y lo controlarán con un software. El equipo, que actualmente trabajan vía remota- ya cuenta con más de 15 profesionales participando y otros 70 que también contribuyen con conocimientos y materiales. Marco Barba señaló que los colaboradores de Estados Unidos y México ayudarán a su validación y autorización ante el Cofepris y la agencia Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos.
Para esta iniciativa ya se han acercado al Parque Tecnia de la Universidad Anáhuac Mayab, del IYEM, la Universidad Modelo, entre otras instituciones interesadas en colaborar.
La convocatoria está dirigida a médicos, diseñadores industriales, biomédicos y mecatrónicos para diseñar, construir y probar este respirador que ayude al paciente con coronavirus en su etapa de recuperación. Aunque es un aparato mucho más sencillo que los sofisticados aparatos que se usan en terapia intensiva, este respirador mecánico podría ayudar a los pacientes con complicaciones menores, durante su aislamiento en casa.