¿Estás pasando por ese periodo de duda en el que debes decidir entre estudiar lo que te apasiona lo que se te facilita y simplemente no sabes qué elegir?
¡No te preocupes, es común que suceda esto! Muchas veces está relacionado con algunas frases que nos generan miedo como: “de eso no vas a ganarte la vida”, “eso no es una profesión de verdad”, entre otros.
Lo más importante al tomar esta decisión, es reconocer quién eres y qué necesitas tomando en cuenta tus experiencias y tu forma de mirar el mundo.
Existen diversas formas de inteligencia. Algunas personas tienen más competencias, lógico-matemáticas, otros tienen inteligencia espacial o lingüística o competencias humanas.
Tener habilidad en algo, no implica necesariamente que nos motive a levantarnos cada día. Es importante identificar lo que nos gusta y apasiona, considerando si realmente queremos dedicarnos a eso.
La palabra “pasión” viene del latín “pathos”, que es padecer. Raro, ¿no? Cuando algo nos apasiona nos perdemos en ello. ¿Qué significa esto? Es como cuando realizas una actividad sin notar el paso del tiempo.
Esa es la clave, identificar aquellas actividades y temas que hacen que se te olvide el paso del tiempo, que te motiven a saber más y ser mejor; pintar, tomar fotos, el cine o incluso los videojuegos o la moda. Todas estas actividades se pueden relacionar directamente con una carrera profesional.
Muchas veces sucede que nuestras familias nos cuestionan diciendo cosas como “qué vas a hacer de tu vida estudiando esa carrera”. El dinero suele ser un tema de importancia.
El mundo ha cambiado y en muchos sentidos, el éxito depende de cómo administres tu capacidad de adaptación, del desarrollo óptimo de tus habilidades y de una formación que te permita generar redes de colaboración.
Es común el caso de quienes deciden estudiar una carrera que se les facilite y que además está posicionada como una de las mejores, esto en términos de proyección profesional. Tomemos como ejemplo a las personas que se les dan las matemáticas, y entonces toman la decisión de estudiar una ingeniería.
No obstante, convertirse en un ingeniero tiene otro tipo de implicaciones, no sólo se requiere de una gran habilidad matemática sino también de creatividad para la resolución de problemas y flexibilidad para competir con puestos cada vez más integrales.
Por otra parte, si bien pareciera que un ingeniero nunca tendrá problemas para conseguir un trabajo, puede que sentirse realizado y pleno sea un poco más complicado de lo que parece.
Cuando has encontrado algo que le da sentido a tu vida y que te gusta, no te importará madrugar, trasnochar o mantenerte en constante actualización. Gracias a la creatividad, podrás ver tu carrera y tu oficio desde diferentes ángulos. Querrás saber absolutamente todos los secretos respecto a eso que te apasiona.
Cuando te enfrentes a un problema, querrás solucionarlo creativamente en vez de abandonarlo. Verás que creces junto con la carrera que estás estudiando.
El resultado de todo esto es que, todo ese empeño dará sus frutos con el tiempo. Tarde o temprano, los beneficios económicos llegarán y te convertirás en un experto de la carrera que escojas.
No lo pienses más. Elige estudiar tu pasión. Intenta equilibrarla con tus habilidades, pero siempre escoge lo que te mueve, lo que te lleva a buscar mejores maneras de hacer las cosas y te lleva a sentirte pleno a nivel profesional y, sobre todo a nivel personal.
Si escoges la carrera que te apasiona, tarde o temprano los beneficios se verán reflejados. Confía en ti, en tus capacidades y en tu poder de decisión.
Recuerda que siempre puedes acudir a un asesor para preguntar tus dudas. En este camino no estás sólo.