Detrás de todos, hay una historia que hoy el mundo necesita escuchar y así inicia mi historia. Yo nací en una familia humilde, pero creyente en Dios, así que cuando era niño siempre nos obligaban ir a misa los domingos y eso implicaba levantarse muy temprano, por lo que no era tanto de mi agrado. Cuando tenía alrededor de 10 u 11 años, mis padres trabajaban todo el tiempo, mi mamá se iba desde muy temprano y volvía casi anocheciendo y mi padre se tenía que ir a vender fuera de tabasco y tardaba algunas semanas sin verlos. A partir de ese momento, es donde conozco el voluntariado por primera vez, quizás como era niño no sabía aún qué era el voluntariado, pero sí me llamaba mucho la atención como unas catequistas pasaban casa por casa a buscar a los niños que sus padres no podían llevar a la catequesis, incluyéndome a mí. Me intrigaba como el amor y el servicio de aquellas catequistas no fallaba ningún sábado a pesar de que no recibían ninguna gratificación monetaria ni nada por el estilo. Posteriormente, me enamoré de Dios en todas sus totalidades, me uní a un grupo juvenil y a un movimiento donde aprendí hacer voluntariado que se basaba en llevar comida a hospitales y en la calle, ir dando abrazos a otras personas, y dar ayuda al que lo necesitaba. Por lo que en mi adolescencia y en mi juventud viví en el servicio a Dios y a los demás.
El voluntariado cambió mi vida completamente, me convirtió en una persona alegre, humilde, servicial y me hizo
Comencé a reflexionar sobre mi vida y de cómo también fui ayudado en cada etapa difícil por personas que hacían voluntariado en mí y eso me hizo amar más el voluntariado. Pasa un año, y llegó Alma ASUA 2019 donde fui invitado por segunda vez. Aunque ya no eran las mismas personas en ese entonces, seguía teniendo el mismo corazón de servicio y amor hacia los demás, estaba muy contento de volver a disfrutar esa semana. Sin embargo, en este Alma ASUA ocurrió algo increíble y fue recibir una beca para estudiar en la universidad de mis sueños. Y la llamo la universidad de mis sueños porque no solo tengo un nivel educativo excelente, sino que también tengo una vida de universitario en donde vivo y disfruto diversas áreas del voluntariado como: Vagones de Sonrisas, Salud en Movimiento, Soñar Despierto y otros programas de ASUA. Y, gracias a cada voluntario, he podido seguir sirviendo y entregando amor a diversas personas. De igual manera, he conocido a mis mejores amigos haciendo voluntariado, he tenido la oportunidad de dar conferencias en la institución y crecer profesionalmente. Mi meta de vida es dar conferencias a nivel nacional, crear fundaciones y seguir toda mi vida haciendo voluntariado porque mi voluntad de hacer grandes cosas no tiene límites.
"La medida del amor, es amar sin medida" - San Agustín.
Escrito por: Moises Bautista de los Santos (Mosho) | Presidente Alma ASUA