Apoco no es increíble cómo estas cuatro palabras pueden cambiarte por completo el día. Palabras que se convierten en un regalo, en un agradecimiento sincero cuando ayudas a quienes más necesitan de ti, palabras que escuchas de grandes personas que esperan de alguien como tú e inconscientemente ignoran todo el bien que hacen al decirlas; te aseguro que con una vez basta. Lo interesante es que cuando a esas acciones les pones el corazón créanme que no existe nada, absolutamente nada, que te detenga a lograrlo. Esa fue una de las cosas que aprendí como miembro de Leones ASUA.
Ahora bien, ¿Qué significado tiene para mí realmente?
Fue la pregunta que me hice cuando empezaba como voluntario, necesitaba saber el significado que tendría ser uno más, saber si estaría dispuesto a hacer el cambio que muchos esperan y que poco se atreven a hacer; en pocas palabras, saber si en verdad lo que hiciéramos podría aportar algo valioso a la sociedad que tanto necesita de nosotros.
Al estar pensando en esto y nuestras futuras actividades, todo comenzó a suceder muy rápido, armamos la directiva y llegó un proyecto a nuestras manos, uno donde las leonas del equipo de basquetbol ya habían colaborado antes y pensamos que sería un gran primer paso para todos, por lo que decidimos aferrarnos a ello. Lo que nunca pensamos fue lo que Dios tenía preparado para nosotros, un camino lleno de increíbles personas con una motivación mucho más allá de nuestras creencias y por supuesto, al ser una actividad deportiva nos vino como anillo al dedo.
Aceptamos ser voluntarios de la Liga Estatal de basquetbol por la inclusión y quiero decirles que hasta el día de hoy no olvido el rostro de cada uno de los chicos cubierto de emociones corriendo dentro de la cancha, jugando como si no existiera un mañana, como si todos los problemas del mundo desaparecieran en cada rebote, en cada pase, en cada canasta, en cada pelea y en cada grito de los padres por el sentimiento de ver a sus hijos jugar el deporte que tanto aman, pero sobre todo, verlos sonreír a pesar de las circunstancias.
Algo me quedó muy claro, muchas de las cosas llegan cuando menos te lo esperas. Entre todo el proyecto, tuvimos la fortuna de cruzarnos con una persona de gran corazón en el congreso de gente nueva, mismo que al platicarle de nuestra labor al instante decidió sumarse a la causa. Un mes y medio después estaríamos llevando a 20 de nuestros chicos a presenciar un partido de la NBA en la Ciudad de México, y además visitar la academia del equipo latinoamericano (¿imaginas su emoción?). Nos preparamos, con esfuerzo de todos los leones recaudamos fondos para el viaje y nos lanzamos con el nervio a tope de lo que nos esperaba.
Fueron tres días de experiencias inolvidables para todos, un espectáculo que los chicos solo verían en videos y una emoción reflejada en una intensa sonrisa de oreja a oreja con lágrimas de felicidad. Es difícil describir estas emociones en un escrito, pero intenta cerrar los ojos y transpórtate a un momento de grandes sensaciones.
Te dejo una pequeña frase que acompañó durante el voluntariado, en el deporte y lo ha hecho durante por mucho tiempo. Aplica para todo aquello que valga la pena en tu vida y merezca todo tu esfuerzo.
“Cuando tus piernas y tu cabeza no puedan más, tu corazón hará el resto”.
Escrito por: José María Martínez Gómez | Directiva Leones ASUA