Hoy por hoy el término de “emprendimiento” está de moda, sin embargo el poner manos a la obra y hacer realidad una idea que nos parece interesante, apasionante o trascendente no es algo nuevo, existe desde que el ser humano decidió intervenir para transformar su entorno, al menos unos 12000 años, cuando levantó la primera edificación en Jericó y con ello marcó el inicio de la civilización.
Por otro lado es cierto, nunca como ahora hemos sido testigos de la explosión que hoy vivimos de realizaciones de proyectos productivos, sin duda como resultado de que ahora hay más libertad para emprender, más certeza para hacerlo, mayor agilidad y reconocimiento para quien decide hacerlo.
En mi caso particular me tomó 30 años hacerlo, si considero desde el inicio de mi carrera laboral, en donde siempre estuve al frente de equipos y organizaciones, aprendiendo, observando, poniendo atención a las buenas prácticas para emular y también a las malas prácticas para evitar. Imaginando y diseñando lo que me gustaría hacer el resto de mi vida, así fue como le di forma a Cerebranding, firma de consultoría en procesos y desarrollo humano y organizacional, que está por cumplir los 8 años.
¿Qué elementos detonadores fueron, en mi caso, los críticos para emprender? Por una parte la definición de un propósito que le diera trascendencia y validez a la empresa y por otro lado el desarrollo de una plataforma humanística (yo le llamo “people plan in mind”, que en mi opinión es más importante aún que el business plan). A veces tenemos muy claro el tema financiero, de marketing, comercial, hasta tecnológico pero no el de las personas y en mi opinión es prioritario. Mis pilares fueron entonces el propósito y el enfoque en las personas.
Cerebranding es una firma de consultoría en desarrollo humano y organizacional, trabajamos procesos de liderazgo, servicio, comunicación y cultura. Colaboramos con empresas de todos los tamaños y todos los giros (incluso con proyectos sociales y de altruismo, que son los que más nos gustan) con el objeto de provocar el cambio organizacional.
Convencido de que fue en el mejor momento para realizarlo, con la mejor experiencia de vida y con un enfoque en el propósito y personas, puedo compartir que a todas luces es valioso emprender cuando se tiene una visión comprometida por elevar la condición humana, fue el momento ideal para hacerlo.